Anochece,
falsas luces te
ciegan.
El viento envuelve tu cuerpo,
mi cabello
flota en el aire, suave, fresco.
Capa blanca de
resplandeciente nieve cubre el asfalto,
desde
acá veo tu aura,
tan brillante como siempre
tan brillante que sobresale de entre los focos de la ciudad.
Desde
acá te siento, tan
cálido como siempre.
Te
reconozco, te
conozco como si fueras parte de mi.
No hay calles que nos separen,
ni rutas que nos unan.
Porque vos estás allá y yo
acá.
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